JORGE VELOSA RUIZ, "El carranguero mayor"

“La carranga es hoy un testimonio querendón de mi paso por la vida”
“La carranga es la compañía de quienes hemos encontrado en ella con qué arroparnos y expresarnos para ganar un espacio de identidad y regocijo a partir de lo tradicional, amasado con lo cotidiano y la creación colectiva y personal”: Jorge Velosa.

Jorge Velosa se presenta hoy en La Mesa de Los Santos. Este gran artista se la ha pasado de juglaría por tiendas, caminos, veredas, atrios, plazas, coliseos, teatros y auditorios de casi toda Colombia y del exterior. También ha sido invitado especial en reconocidos conciertos y festivales.(Foto: Foto suministrada por Carlos Lema / VANGUARDIA LIBERAL )
Foto suministrada por Carlos Lema / VANGUARDIA LIBERAL (Foto: Foto suministrada por Carlos Lema / VANGUARDIA LIBERAL )



A este artista se le ocurrió, nada menos y nada más, que tomar la rima boyacense para poner a bailar a todo un país con los singulares ritmos del ‘merengue campesino’ y regalándonos una auténtica ‘rumba criolla’.

Y el tema no es solo de baile. Cuando se entabla una conversación con él, se podría decir que se tiene un encuentro de principio a fin con los dichos populares, el buen humor, la naturalidad del labriego, la sátira, las historias de mi pueblo, en fin...

Y todo en él brota en medio de merengues, torbellinos, bambucos, guabinas y recitados que, junto a sus compañeros de equipo, van saliendo acompañados del tiple, el requinto, la guitarra, la guacharaca y la armónica.

Por supuesto que hablamos de Jorge Velosa, el artista que viene de las entrañas de Ráquira, el ‘carranguero mayor’.

Es un hombre sencillo que hoy tiene 64 años de edad y que le ha dedicado más de la mitad de ellos a la música. Pocos saben que él se graduó como médico veterinario en la Universidad Nacional. Pero, fue justo en ese centro de educación superior donde se propuso rescatar y difundir, con rotundo éxito, la música del interior colombiano.

En ese entonces, cuando era un universitario, él creó y participó en un programa en la emisora chiquinquireña, Radio Furatena, junto con Javier Apráez y Ramiro Zambrano, para interactuar con los habitantes de la región y aprender de ellos las tradiciones y saberes populares.

Aunque el amor por los animales sigue innato en él, prefirió dedicarse a la locución, la poesía costumbrista, la actuación, y, sobre todo, a la música.

Gracias a este talento, creó un nuevo género musical denominado “carranga”, el cual se ha convertido en una de las referencias de la música popular colombiana.

Fue así como fundó el grupo musical “Los Carrangueros de Ráquira”, posteriormente denominado “Jorge Velosa y los Hermanos Torres” y finalmente, “Velosa y los Carrangueros”, conformado por Velosa, Jorge Eliécer González, José Fernando Rivas, y Manuel Cortés; dentro del grupo, Velosa toca la guacharaca y la armónica.

Uno de sus logros fue ser el primer artista colombiano en presentarse con su grupo en vivo y en directo para el mundo en el Madison Square Garden de Nueva York en 1981, concierto del que Velosa cuenta la anécdota de que no fueron recogidos por la limusina para los artistas por llevar ruana y sombrero.

Algunas de sus composiciones más reconocidas son: “Julia, Julia, Julia”, “El rey pobre” y la inolvidable y extraviada ‘Cucharita’.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

¿Al fin encontró o no ‘La Cucharita’? 

Como digo a veces, ‘La Cucharita’ está en el corazón del pueblo colombiano; allá está bien y pelechando. 

¿Qué pasó con ‘Julia, Julia, Julia’... la que quería más que a su camión? 

Esos amores fueron de un paisano camionero por su ‘Julita’, y yo apenas fui su notario musical; con buena espalda, eso sí, porque no solo se enamoraron, sino que se casaron y aún viven una feliz relación. 

¿Cómo define usted mismo la carranga? 

Yo le diría que ella tiene su cuento: es chispazo y también lamento; es pensamiento, es palabra y obra, como dicen por ahí. Pero más que conceptos o mil canciones, la carranga es lo que yo siento y es mi forma de vivir. Se trata de una expresión melódica, es una rumba criolla que sirve para dar a conocer la cotidianidad de las historias que se cuentan, tanto en el campo como en la ciudad. Resumiendo: Para mí, es un testimonio querendón de mi paso por la vida; para la tierra de Boyacá, es un motivo para sentirse orgullosa de sí misma; y para el país, es un género musical que contribuye a tejer y sostener nuestra nacionalidad. ¿Sabe algo? Lo mejor está por venir para la carranga, porque larga vida tendrá y todavía hay mucho por hacer, contar, cantar y decir. 

¿Qué opinión le merecen las ‘fusiones’ que han hecho de la carranga? 

Pues, le digo que a veces se prestan ‘pa’confusiones’. ¡Bueno! como grupo musical, mis artistas y yo jamás nos hemos negado a la exploración de posibilidades, tal y como se aprecia en nuestras producciones, pregones y presentaciones. Otras agrupaciones tienen su carácter, amasado por lo que pretenden y producen al colmo de sus vivencias o del mercado... Todo es respetable. 

¿Qué diferencias hay entre el Jorge Velosa de ayer y el de hoy? 

Además más de casi cuarenta años de por medio, con canas y ganas, hay muchas canciones originales publicadas, buena parte del país recorrido (todo menos un poquito), algo de actuación, y un género musical vivo y sonando. 

¿Qué le dejó su paso por “Don Chinche”, “Romeo y Buseta” y “La Luciérnaga”, entre otros programas? 

Quedaron en el recuerdo dos personajes inolvidables: Don Floro, en “El Chinche”; y Don Trino Epaminondas Tuta, en “Romeo y Buseta”. En cuanto a “La Luciérnaga”, fuimos vecinos de franja en su momento, porque yo hacía minutos antes, en la misma cadena, otro programa que se llamó “Olalita y Olalalá”. 

¿Cómo surgió la idea de la Carranga Sinfónica? 

Fue una iniciativa del colega músico Ricardo Bautista, cuando él estaba de Secretario de Cultura de Boyacá, en el año 2010. Primero como concierto, y luego como grabación, todo bajo la dirección del maestro Eduardo Carrizosa, y la participación de la Orquesta Sinfónica Nacional. Con este proyecto ya hemos hecho algunos conciertos memorables en varias partes del país, ojalá se pueda realizar pronto en Santander, hay rumores de que sí: pase la voz… 

¿Qué pasó con el proyecto de la emisora? 

Tener una emisora cuesta, y como “ni el lazo alcanzaba, ni la burra arrimaba”, el proyecto terminó convertido en una muy diciente y alegre canción que se titula: “Plegaria Radiofónica”, que poco y nada pasan en las emisoras, tal vez por el mensaje crítico que tiene. 

¿Qué se siente que hayan bautizado un lugar específico de Boyacá con su nombre? 

Seguramente usted se refiere a la concha acústica de Tunja, que por acuerdo municipal lleva mi nombre desde hace unos quince años. Se escucha raro el tema, pero es agradable para uno. 

¿Cómo logró en su época, cuando no existían redes sociales ni tantos equipos tecnológicos, que su música carranguera se escuchara tanto o más que otros ritmos de ese entonces? 

Nosotros hicimos un esfuerzo que venía reforzado por varios años de trabajo urbano presencial, y radial en provincia; la disquera puso otro poco.; y algunos programadores se atrevieron. Los planetas se alinearon a favor. El santo pueblo puso un pocotón de sus afectos y preferencias en lo nuestro, y el resto creo que fue pura serendipia. 

¿Qué piensa del reguetón? 

No lo conozco bien y el poco que escucho no me apetece; de pronto es que no hacen circular los temas ricos en música y letra, sino el mero ripio. 

¿Cree que en Colombia se firmará la paz? 

¡Que se firma, se firma! mejor dicho: ¡Se tiene que firmar! Pero el asunto no es de rúbrica, será un esfuerzo de todos a mediano y largo plazo por la reconstrucción del país, y en ello la buena música también juega su papel. Seguiremos pregonando esta copla-consigna: 

Como dijo el caminante, en su largo caminar, todo cabe en un bolsillo sabiéndolo acomodar, y si el bolsillo es 

Colombia,todos cabemos en 

paz. 

¿Sería jurado de esos concursos de talentos como ‘La Voz Colombia’? 

Alguna vez me convidaron para eso, o algo parecido; pero ser jurado en general no es una de mis prioridades, y como en todo, se darán pocas excepciones muy especiales. 

¿Su grupo sigue siendo el mismo? 

El mismo que canta y baila desde hace unos veinte años. Dos veleños santandereanos: el requintista Jorge González Virviescas, y el tiplista Manuel Cortés González. Un aporte paisa, nuestro guitarrista José Rivas Gómez. Y yo, el Homo RaquirensisReinosus. 

¿Qué significó para usted el Doctorado Honoris Causa que le confirió el Alma Máter? 

Un gran reconocimiento académico a la música carranguera, por parte de la Universidad Nacional de Colombia, una de nuestras instituciones más prestigiosas. Fue algo más que un Grammy; sí, mucho más que eso. 

Son innumerables los artículos que se han publicado sobre las letras de sus canciones e importantes emisoras a nivel internacional se han ocupado de la música que interpreta usted y los carrangueros. ¿Cuál cree que es su legado después de más de tres décadas de vida artística divulgando el folclor de Boyacá? 

No es un legado mío, porque todo hace parte de un equipo. Siento que como carrangueros hemos logrado ser una de las referencias de la música popular colombiana. La carranga echa raíces en el interior con muchos grupos aficionados y profesionales que la mantienen viva, sonando y bailando, y cientos de miles de seguidores que se la gozan a lo largo y ancho de nuestro país y en el exterior. Ella sigue en el primer lugar de las emisoras populares. La carranga es amor a la vida y sus querencias, es una forma de expresión y de identidad. 


Publicada porEUCLIDES ARDILA RUEDA

Este contenido ha sido publicado originalmente en Vanguardia.com en la siguiente dirección: http://www.vanguardia.com/entretenimiento/entrevistas/304319-la-carranga-es-hoy-un-testimonio-querendon-de-mi-paso-por-la-vida. Si está pensando en hacer uso del mismo, recuerde que es obligación legal citar la fuente y por favor haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. Vanguardia.com - Galvis Ramírez y Cía. S.A.